Época: Bliztkrieg
Inicio: Año 1939
Fin: Año 1940

Antecedente:
La guerra ruso-finlandesa

(C) Andrés Ciudad y María Josefa Iglesias



Comentario

Los finlandeses pensaban en otoño de 1939 que, pese a sus negativas a acceder a las exigencias soviéticas, las relaciones iban a mejorar, y eso creían las potencias occidentales; en todo caso, estimaba Mannerheim, en caso de guerra se produciría una intervención estadounidense o británica .
En esto, un incidente fronterizo precipitó las cosas. El 26 de noviembre, el bombardeo artillero de Mamila (Carelia), que ambas partes se atribuyeron (es posible que proviniese de Finlandia), fue aprovechado por la URSS para exigir la retirada de las tropas finlandesas a 25 kilómetros de la frontera. Helsinki negó las acusaciones, pero se avenía a una retirada mutua de tropas. El 28 Molotov rechazó las explicaciones y consideró, con alguna razón, que retirar las tropas soviéticas de la frontera equivaldría a "situarlas en los suburbios de Leningrado". Con todo, Moscú buscaba ya el pretexto para la intervención y acabó exigiendo la retirada unilateral, y al no hacerlo así los finlandeses, denunció el Pacto de No-Agresión y el 29 rompió relaciones. Cuando los finlandeses se avinieron a retirar sus tropas ya era tarde. Ese mismo día los soviéticos habían realizado una incursión en la zona de Petsamo y el 30 iniciaron el ataque general, con bombardeos sobre Helsinki.

Los soviéticos habían movilizado 15 divisiones (distrito de Leningrado), con 300.000 hombres, que luego ampliarían a 30 divisiones, con 600.000.

El 30 de noviembre 140.000 soviéticos atacan las líneas enemigas en el istmo, con 1.500 carros de combate. Los 13.000 finlandeses de las guarniciones de frontera son cogidos por sorpresa y se retiran, dejando un vacío ante los atacantes. Cuando éstos chocan con 70.000 finlandeses, tras 20 kilómetros de avance, han perdido empuje y entusiasmo, y se detienen.

Pero el avance les permite ocupar algunas localidades. Una de ellas, Terijoki, sirve de capital de una República Popular de Finlandia creada de la nada por los soviéticos, con la colaboración de Otto Kuusinen, un dirigente comunista finlandés exiliado en la URSS tras la guerra civil, que se convierte en presidente. Esta república no será reconocida por ningún país ni por el pueblo de Finlandia. La Sociedad de Naciones condenará a la URSS por la agresión y la expulsará del organismo.

Los ejércitos enfrentados son muy distintos entre sí en tamaño, concepciones y características. El finlandés es obra del héroe nacional Mannerheim, presidente del Consejo de Defensa Nacional desde 1931, que emprende varias reformas sobre la base del servicio militar obligatorio en 1922 y las Unidades de Defensa -reserva activa-. Mannerheim adoptó el criterio de movilización territorial, que permitía enviar unidades ya completas al frente, con rapidez, y que convertía a las fuerzas armadas en una mezcla de ejército tradicional y ejército guerrillero.

En 1931-32 y 1939 se había fortificado el istmo de Carelia y hacia 1938-39 se había aumentado el escaso presupuesto de defensa, pero la fábrica de cartuchería estaba aún incompleta al estallar la guerra. Finlandia disponía de dos cañoneras acorazadas y unos cuantos barcos más. Sus aviones eran anticuados y pocos (120 según Battaglia; 98 según Condon; más tarde serán 287). Poseía menos de 200 carros de combate. El ejército cuenta con 33.000 hombres, que con el nuevo sistema pueden aumentar hasta 127.800 (9-10 divisiones y otras unidades) más los 100.000 de la Guardia Cívica y, con movilización total, hasta 400.000 aproximadamente, pero en un primer momento no habrá armamento suficiente para todos. Hay que añadir los 100.000 miembros de la Lotta Svärd, cuerpo femenino auxiliar, bajo el mando, desde 1929, de Fanni Lukkoonen. Las fortificaciones eran anticuadas, incluidas las de la Linea Mannerheim, de 140 kilómetros de longitud, que los carros soviéticos superarán fácilmente. Finlandia tiene, de entrada escasas posibilidades de abastecimiento. Su dotación de municiones para armas ligeras no supera los dos meses, y un mes la de carburante para la aviación, y algo más de veinte días para la munición de morteros y cañones. Ya antes de la guerra efectuará compras a Suecia.

Los finlandeses están preparados psicológicamente contra el "enemigo secular" -los rusos-, pero hay que preguntarse por qué no lo estaban igualmente contra otro enemigo secular, los suecos...

El poderío soviético es infinitamente superior. Por lo pronto, una división finlandesa consta de 14.200 soldados; una soviética, de 17.500. Disponen de 85-90 divisiones de infantería, 30 de caballería, 5 ó 6 acorazadas, 5 motorizadas, etc. Cuentan con más de 800 aviones, que pronto son 2.500. La flota del Báltico cuenta con tres viejos acorazados y varios cruceros y destructores.